Suele suceder que cuando se inicia la discapacidad visual, la expresión facial se hace más presente. El miedo de alguna manera paraliza y rigidiza el cuerpo, lo detiene frente a una amenaza desconocida. Es habitual que se les pregunte a personas que están con pérdida parcial o total de la visión ¿estás enojada/o? ¿te preocupa algo? Si, preocupa estar alerta a todo lo que hay alrededor y no se puede ver. En algunos casos molesta la luz cuando hay daño en la retina, para ello se utiliza lentes oscuros o bien se camina con la cabeza hacia abajo o moviéndola, para poder percibir lo que hay alrededor. Pero algo maravilloso sucede, se activan otros órganos sensoriales. El tacto, la audición, el olfato se hace más presente. En mi consulta clínica me dedico a trabajar las emociones frente a la perdida de la visión, parcial o total. Hace un tiempo una persona me dijo: ¿dile a tu médico de cabecera que te de una pastilla para que se te pase el miedo? No existe tal pastilla física. Lo que si se puede trabajar a través de apoyo sistémico con Psicóloga, Psiquiatra, Terapia ocupacional especializado en pérdida de la visión, apoyo familiar, de compañeros de trabajo (según corresponda) y amigos en general.